Actualmente se asigna mucha importancia al aprendizaje de una lengua como aspecto importante del éxito de un programa lingüístico. El aprendizaje de la lengua es, por lo menos, tan importante como el análisis lingüístico. Por lo tanto, es esencial saber cuál es la mejor manera de aprender una lengua.Ya existían muchos libros al respecto, y hoy hay, además, cursos que se ocupan del tema. Con todo, las nuevas sugerencias todavía no reciben toda la atención que merecen, quizá porque muchas de ellas se basan en experiencias individuales y no en investigaciones científicas.
Afortunadamente en los últimos diez a veinte años se han realizado esa clase de investigaciones y los resultados son sorprendentes. Desde siempre se pensaba que para aprender una lengua, es preciso hablarla. Hay una serie de libros, dedicados especialmente a misioneros, cuyo propósito es enseñarles métodos de aprendizaje, ofreciendo rutinas específicas para la práctica. Sin embargo, el resultado de las últimas investigaciones contradice los métodos de esos libros. El hecho es que se ha demostrado la posibilidad de progresar considerablemente en el manejo de una nueva lengua sin tener que hablarla desde el principio. Es más, un exceso de práctica en el principio puede interferir con un mejor manejo posterior de la lengua.
La conclusión de estas observaciones es que el desarrollo del entendimiento es anterior a la capacidad de hablar, y que dicho desarrollo es esencial en el aprendizaje de una segunda lengua. Algunos motivos:
Quizá Postovsky (1970) sea el responsable de asignar tanta importancia a la comprensión antes de hablar. Sus investigaciones mostraron las ventajas de postergar el momento de hablar hasta tanto el alumno haya desarrollado una mayor comprensión. Otros autores confirmaron sus resultados.
Gary (1975): Menciona un curso de español enseñado a niños de segundo grado. Se utilizaron dos métodos: El primero, con práctica oral desde el primer momento; el segundo, con una postergación de 14 semanas en la práctica oral. Los resultados mostraron que, o bien no hubo diferencia entre los dos métodos, o bien, el segundo método fue mejor, tanto para desarrollar la capacidad de hablar como de entender.
Winitz (1981) Menciona una investigación hecha entre niños (de habla inglesa) tratando de aprender algunas formas de verbos (también en inglés). Los niños que fueron instruidos a no hablar aprendieron a producir las formas tan bien, o mejor, que los niños que sí debían practicar hablando.
Asher (1977, 1981): Menciona una investigación que comparó un método tradicional con otro experimental. En éste, el 70% del tiempo fue dedicado a la comprensión, 20% a hablar, y 10% a escribir. Después de 45 horas de clase los alumnos sometidos al método experimental entendían mejor que los otros alumnos después de 150 horas de clase con el método tradicional El nivel de lectura fue igual en los dos grupos. Es de mencionar que los alumnos del método experimental fueron sometidos a un examen tradicional (método audio-lingual). Sus exámenes obtuvieron notas que variaban entre un 50% y un 85%. Lo más notable fue que el grupo del método experimental casi no había hablado, mientras que el grupo del método tradicional sí había hablado, y mucho. La repetición oral (típica del método audio-lingual) no tuvo efectos positivos sobre los estudiantes.
Ruder (1977) mostró que:
En situaciones reales no se puede afirmar que manteniendo el silencio por mucho tiempo se aprenda un idioma a la perfección.
Finalmente, es preciso apuntar que el uso de oraciones gramaticalmente incorrectas (con referencia al estudio lingüístico) puede confundir el aprendizaje. Hay que esperar con este tipo de análisis hasta que la lengua sea bien conocida.
Asher, James J. 1977. Learning another language through actions: The complete teacher's guidebook. Los Gatos, CA: Sky Oak Productions.
Asher, James J. 1981. "Comprehension training: The evidence from laboratory and classroom studies." En Winitz 1981a.
Beekman, John. 1975. "Eliciting vocabulary, meaning, and collocations." En Healey 1975.
Brewster, E. Thomas, and Elizabeth S. Brewster. 1976. Language acquisition made practical. Colorado Springs, CO: Lingua House.
Gary, Judith O. 1975. "Delayed oral practice in initial stages of second language learning." New directions in second language learning, teaching and bilingual education, editado por Marina K. Bart and Heidi C. Dulay, Washington, DC: Teachers of English to Speakers of Other Languages.
Healey, Alan, 1975. Language learner's field guide. Papua New Guinea: Summer Institute of Linguistics.
Lenneberg, Eric H. 1967. Biological foundations of language. New York: John Wiley and Sons.
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Luchsinger, R., and G. E. Arnold. 1965. Voice-speech-language: Clinical communicology; its physiology and pathology. Belmont, CA: Wadsworth. (Revisado y traducido de la versión alemana de 1959.)
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Nida, Eugene 1957. Learning a foreign language. Edición revisada. Ann Arbor, MI: (no se indica la casa editorial).
Postovsky, Valerian A. 1970. Effects of delay in oral practice at the beginning of second language learning. Tesis doctoral inédita, University of California, Berkeley.
Postovsky, Valerian A. 1981. "The priority of aural comprehension in the language acquisition process." En Winitz 1981a.
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