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La fonética general: una visión panorámica

Stephen A. Marlett y Gastón Salamanca



Objeto de estudio

La fonética estudia los sonidos que producen los seres humanos para comunicarse unos con otros. Un curso de fonética hispánica tiene como foco los sonidos del español; un curso de fonética general incluye los sonidos de una variedad amplia de lenguas.

El estudio de los sonidos del habla puede realizarse desde tres perspectivas: (a) cómo se producen los sonidos (fonética articulatoria); (b) cómo se perciben los sonidos (fonética perceptual); y (c) las propiedades físicas de los sonidos (fonética acústica) (Davenport y Hannahs 1998:3).

Debido a la naturaleza de su tarea (la descripción de la manera en que se producen los sonidos), ha sido la fonética articulatoria la que ha tenido una incidencia mayor en el desarrollo de la lingüística descriptiva clásica.

Es necesario enfatizar que la fonética estudia los sonidos lingüísticos; esto es, los sonidos que son utilizados para la comunicación humana. En consecuencia, se excluyen del ámbito de la fonética aquellos sonidos que, aun cuando sean producidos por los órganos implicados en la fonación, no forman parte del sistema comunicativo humano.

Parámetros articulatorios

La fonética agrupa los sonidos, o fonos, según ciertos parámetros. Un parámetro importante se basa en un articulador (como la punta de la lengua) y una zona donde se articula el sonido (como los dientes). Por ejemplo, algunos sonidos, como p, se llaman labiales porque se articulan con los labios. Otros, como t, se llaman dentales porque se articulan con la punta de la lengua en contacto con los dientes. Otras zonas de articulación son los alveolos (allí se producen sonidos como l, r, etc.), las distintas zonas del paladar, etc. [En este curso de fonética preferimos utilizar el término zona de articulación en lugar del término punto de articulación que normalmente usted encontrará en la literatura lingüística. El motivo es ofrecerle una noción más clara, ya que un sonido, al ser articulado, se produce en una zona y no sólo en un punto.]

Las lenguas no seleccionan de manera idéntica las zonas de articulación que se utilizan para producir los sonidos lingüísticos. Por ejemplo, en mapuche, una lengua del sur de Chile, existe un sonido n (y uno l) que se articula con el ápice de la lengua en medio de los dientes. Este sonido no lo encontramos en lenguas como el español o el inglés, aunque en estas lenguas sí existen otros sonidos interdentales. Otro ejemplo: en pascuense, lengua hablada por los habitantes de Isla de Pascua, existe un sonido que se produce con la glotis. Es el llamado "golpe glotal", el cual no ocurre en lenguas como el español o el inglés, pero sí en muchas lenguas de las Américas.

Otro parámetro es el modo de articulación. Algunos sonidos, como f o s, son fricativos porque al aire, al salir, se le opone una obstrucción parcial, lo que provoca una fricción audible. Otros, como p o k, son oclusivos, porque se producen con una obstrucción total de la corriente de aire, seguida de una liberación repentina del aire. Otros sonidos, llamados vibrantes, requieren que el órgano articulador vibre, como la r del español, que requiere la vibración de la lengua.

Además, en muchas lenguas los sonidos se distinguen por el rol que tienen las cuerdas vocales. Para producir una t o una s, no vibran las cuerdas vocales, pero para producir una d o una n, sí vibran. Hay lenguas para las cuales la vibración o no vibración de las cuerdas vocales incide en el significado de las palabras. Es el caso del español (tos/dos). En cambio, para otras lenguas, como el mapuche, esta característica es irrelevante desde el punto de vista funcional (véase fonología).

Algunos sonidos se llaman nasales o nasalizados porque para producirlos se cierra el paso del aire por la boca y se permite el escape de aire por la nariz. Los sonidos como m, n y ñ del español son nasales.

Hay una distinción básica entre sonidos vocálicos y sonidos consonánticos. Para producir los sonidos consonánticos se presenta algún tipo de obstrucción a la salida del aire, mientras que para producir los sonidos vocálicos no hay ningún tipo de obstrucción; es decir, el aire sale libremente. Para describir las vocales es necesario tomar en consideración, entre otros, factores como la altura de la lengua (para distinguir sonidos vocálicos altos, medios, bajos), la dirección de la lengua (para distinguir sonidos anteriores, centrales y posteriores), el redondeamiento de los labios (para distinguir sonidos redondeados y no redondeados), y algunos parámetros mencionados antes como la sonoridad, nasalización, etc.

Por último, conviene señalar que los aspectos considerados hasta aquí se inscriben en el ámbito de una fonética segmental, pues básicamente nos hemos referido al sonido lingüístico como una unidad discreta que se describe en términos de ciertos parámetros articulatorios. Pero además de este objeto de estudio central como es el segmento fónico, la fonética se ocupa de describir aquellos sonidos que ocurren "sobre" un segmento o una secuencia de sonidos lingüísticos. Cuando el objeto de estudio es el descrito, estamos en el ámbito de estudio de una fonética suprasegmental. Fenómenos asociados a la tonalidad de la voz, como el acento, el tono, etc., son características suprasegmentales.

Sistemas de escritura fonética

En fonética se utilizan símbolos especiales para transcribir los sonidos sin recurrir a una ortografía idiosincrática para esa lengua. Esto es útil para poder recolectar datos de lenguas que no tienen alfabetos, que tienen ortografías irregulares, o que tienen una variación dialectal; también es muy útil para poder compartir datos con personas que no conocen la lengua bajo estudio. Un famoso alfabeto fonético (pero no el único) es el AFI (Alfabeto Fonético Internacional) que tuvo su origen en Inglaterra en la primera mitad del siglo XX.

Un sistema de transcripción fonética como el AFI permite que una persona recopile datos de una lengua desconocida, escribiendo las palabras según su pronunciación, algo útil aún en la edad moderna que tiene grabadoras digitalizadas. Por ejemplo, la palabra "misma" no tiene una pronunciación idéntica en todo el mundo hispánico. Así lo evidencian las siguientes transcripciones fonéticas de varios dialectos regionales y sociales del español:

['mihma]  ("aspiración" de la fricativa)

['mizma]  ("sonorización" de la fricativa)

['misma]

['mima]  (pérdida de la fricativa)

Por cierto, aquí la escritura fonética nos permite transcribir y reproducir eficientemente estas distintas pronunciaciones. Otro ejemplo: en mapuche, existe una palabra para un fruto tradicional conocido en español como piñón, cuya pronunciación ha sido transcrita por los lingüistas de la siguiente manera: mapuchenuliu.gif (396 bytes). La utilización de un alfabeto fonético —en este caso el AFI— no sólo ha permitido a los especialistas transcribir esta palabra, sino que ha hecho posible que otras personas, debidamente entrenadas en el uso de esta escritura técnica, hayan reproducido eficientemente la pronunciación real de este dato lingüístico, sin necesidad de haberlo oído directamente. Esto es porque en virtud de las convenciones establecidas, los lectores entienden que en la palabra en cuestión el primer sonido, transcrito engma.gif (179 bytes), corresponde a una consonante nasal y velar (como la n de tango); el segundo segmento, transcrito m-invertida.gif (241 bytes), corresponde a una vocal alta, posterior, no redondeada (sonido que no existe en español pero que se puede realizar pronunciando una u pero con los labios en la posición de la i). El tercero, transcrito l-palatal.gif (236 bytes), corresponde a una consonante lateral, palatal (como la pronunciación de ll en algunas zonas de España), etc. El apóstrofo recto que precede a la "i", por su parte, informa al lector que el acento en este caso cae en la vocal i.

Un entrenamiento en la fonética facilita el reconocimiento, la transcripción, y la producción de sonidos, especialmente los que una persona desconoce o de los cuales no es consciente. En la fonética no se analiza el uso de los fonos en la lengua. Esto es tarea de la fonología.

Resumen

  1. En fonética se estudian las maneras en que se producen y se perciben los sonidos.
  2. En fonética se utiliza un alfabeto especial que es independiente de otrografías particulares y de las funciones de los sonidos en la lengua.

Referencias

Davenport, Mike y S. J. Hannahs. 1998. Introducing phonetics and phonology. London, New York, Sydney, Auckland: Arnold.

Handbook of the International Phonetic Association: a guide to the use of the International Phonetic Alphabet. 1999. Cambridge: Cambridge University Press.