Aclaraciones y casos más complicados

[apartado anterior: Procedimientos prácticos: evidencia alomórfica]

Las "vocales largas" en español

Sin mucho problema, uno puede detectar que hay vocales largas en español al nivel fonético. Considere los siguientes datos:

['le:] lee
['kre:] cree
[pro've:] provee
[de'se:] desee

Estas vocales largas contrastan con vocales cortas, ilustradas por los siguientes ejemplos.

[le] le
[ke] que
[de] de
[me] me

Sería fácil, pero incorrecto, concluir de estos datos que el español tiene vocales largas a nivel fonológico, no obstante pares "mínimos" como ['le:] y [le]. Primero, uno debe primero averiguar la posible influencia de la presencia de acento en palabras como ['le:]. No sería sorpendente que la vocal en una palabra acentuada sea más larga que la vocal en una palabra (o sílaba) no acentuada. Ahora bien, esta hipótesis no es adecuada en estos casos, porque tenemos palabras acentuadas como ['fe] fe, ['be] ve, ['te] te (bebida) y ['se] que no tienen vocales largas. Entonces no podemos atribuir la longitud de la vocal a la presencia de acento en la palabra.

Hay también que pensar en otra hipótesis. ¿Será posible considerar que las vocales largas son el resultado de la yuxtaposición de dos vocales sencillas? Entonces, lo que es fonéticamente ['le:] es fonológicamente ['lee]. Después de proponer esta hipótesis, debemos buscar la evidencia. En este caso, no es difícil. Una revisión de las formas que tienen vocales fonéticamente largas muestra que todas son formas verbales que pertenecen a paradigmas donde hay evidencia clara que hay una vocal de la raíz y una vocal de la conjugación, y que justamente donde uno espera e+e se encuentra [e:].

kom-o kom-e kom-a
muel-o muel-e muel-a
le-o [le:] = le-e le-a
     
am-o am-a am-e
pint-o pint-a pint-e
dese-o dese-a [dese:] = dese-e

Este ejemplo de las "vocales largas" en español sirve para mostrar que un contraste fonético entre fono A y fono B, hasta indicado por un "par mínimo", no siempre es evidencia de un contraste entre fonema A y fonema B. Indica que hay algo diferente, pero posiblemente se puede atribuir a una secuencia de dos sonidos sencillos y no una distinctión entre dos fonemas.

Las obstruyentes labiales en español

Hay tres obstruyente labiales en español al nivel fonético, como es bien sabido: [p], [b] y [ß]. ¿Cómo se deben analizar? Aunque hay pares mínimos como [kaßa] y [kapa], esto no implica que hay dos fonemas /ß/ y /p/. Lo que sabemos es que hay algo diferente de la forma fonológica de [kaßa] y la forma fonológica de [kapa], pero no sabemos cuál es esa diferencia. Es posible que la diferencia se deba a dos fonemas diferentes; también es posible que se deba a otra diferencia (como una consonante sencilla y una consonante doble. En este caso, sabemos la distribución de [p] se opone a la distribución de [ß] y [b], pero que [ß] y [b] no contrastan. En español, hay dos obstruyentes labiales al nivel fonológico, y una de esas consonantes tiene dos manifestaciones fonéticas, según el contexto.

Inicio de enunciado: [paso] paso; [baso] vaso; (no se presenta [ß])

Entre vocales: [ipo] hipo; [ißa] iba; (no se presenta [b])

etc. (Se debe incluir ejemplos de estos sonidos después de consonantes.)

Entonces, hay dos fonemas. Pero, ¿cuáles son? ¿Son /p/ y /b/, o /p/ y /ß/? Esta situación es bastante común, y la respuesta más común es la siguiente: Hay dos obstruyente labiales, y se distinguen por el rasgo [sonoro]. El uso de un símbolo, como b para el fonema sonoro es una conveniencia (de hecho, una conveniencias bastante común); no tiene importancia teórica. Uno puede buscar alguna razón para proponer que la obstruyente sonora es básicamente una oclusiva, o que es básicamente una fricativa, y esa evidencia sería interesante considerar. En el caso del español, parece que no la hay. El uso tradicional de /b/ para el obstruyente labial sonoro en español se debe más exactamente a eso —tradición— más que argumentos y evidencia.

Las vibrantes en español

Ha sido común afirmar que hay dos vibrantes como fonemas en español, aunque no se puede encontrar el contraste en posición inicial de palabra, ni en posición final de sílaba. La única posición en que se encuentra el contraste es entre dos vocales. Se debe examinar los datos básicos antes de seguir con esta lectura.

En el caso de los vibrantes, no hay buena evidencia para la existencia de dos fonemas, porque (a) no contrastan en posición inicial de palabra, (b) no contrastan en posición final de palabra, y (c) no contrastan en posición inicial de sílaba después de una consonante. Hay contraste solamente entre vocales. Esta clase de distribución no nos da confianza en la hipótesis que hay dos fonemas vibrantes en español, aunque esta hipótesis ha sido muy comúnmente afirmada. Si hay dos fonemas, ¿cómo se explica la distribución tan parcial de los dos? Pero si no hay dos fonemas, ¿cómo se puede explicar el contraste que existe?

La respuesta que ha sido propuesto por Harris 1983 [1] es que hay una vibrante que se presenta (como la mayoría de consonantes en español) al inicio de sílaba y al final de sílaba. Entonces hay sílabas como /ras/ y sílabas como /sar/, igual como hay sílabas como /las/ y sílabas como /sal/. Bueno, una sílaba como /ro/ puede presentarse después de una sílaba como /pe/, y puede presentarse después de una sílaba como /per/. Y de eso se deriva el "contraste": pero es fonológicamente /pe/ + /ro/, y perro es fonológicamente /per/ + /ro/, que silábicamente es análogo a perla (/per/ + /la/). No hay contraste de fonemas; hay diferencia de estructura (algo muy normal). Este análisis explica en una manera muy natural la distribución de los sonidos. El contraste de vibrante sencilla y vibrante "múliple" entre vocales es realmente un contraste entre una sola consonante —una sola "r"— y una secuencia de consonantes —dos "r". El fonema /r/ tiene obligatoriamente una pronunciación como vibrante múltiple cuando se presenta al inicio de la palabra (como en rosa) y al inicio de una sílaba que sigue a otra consonante (como honra). En otros contextos el fonema /r/ generalmente tiene la pronunciación de una vibrante sencilla. Para más discusión de la propuesta, incluyendo detalles de los procesos fonológicos que véase Harris 1983.

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Referencias

Harris, James W. 1969. Spanish phonology, Cambridge, Mass., MIT Press.

Harris, James W. 1983. Syllable structure and stress in Spanish: a nonlinear analysis. Cambridge, Mass., MIT Press.


Nota

[1] Esencialmente el mismo análisis se presentó también en Harris 1969.