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Introducción a la lingüística descriptiva: una visión panorámica

Stephen A. Marlett y Gastón Salamanca

 

Introducción
Algunas propiedades del lenguaje humano
Niveles de análisis en lingüística descriptiva
Sociolingüística
Fonética
Fonología
Morfología
Sintaxis
Discurso
Semántica y pragmática
Lingüística histórica

"Las culturas, los rasgos físicos del hombre, los idiomas, así como su estrecha interrelación y la relación entre éstos y la vida en sociedad, son el objeto de estudio de las ciencias antropológicas. Una de ellas es la lingüística, dedicada al estudio de la facultad o rasgo esencialmente humano que es el lenguaje." (Manrique Castañeda 1988, p. 5)

A. Introducción

La lingüística, lejos de ser un tema esotérico que pertenece sólo a los estudiosos, debe considerarse uno de los campos de investigación más centrales para la humanidad, esto porque todas las culturas humanas tienen y utilizan alguna lengua, y porque la lengua es una de las características más sobresalientes del ser humano. La lingüística puede definirse, en consecuencia, como la disciplina científica que se ocupa del estudio de la facultad universal y privativa que es el lenguaje humano. Decimos que la capacidad de interactuar por vía oral-auditiva a través del lenguaje es una capacidad universal de ser humano, porque, tal como hemos sugerido hasta aquí, todas y cada una de las culturas humanas que conocemos, poseen una lengua y son capaces de comunicarse a través de ella. Por cierto, al decir esto, no desconocemos que existan ciertas patologías que impiden hacer uso de esta facultad, pero claramente estos casos deben considerarse excepciones a la regla general que hemos mencionado. Por otro lado, decimos que esta facultad es privativa del ser humano, porque sólo a esta especie le atribuimos tal capacidad. Con esto no negamos que muchas otras especies posean la capacidad de comunicarse. De hecho, los gritos de los gibones, la danza de las abejas, etc., muestran claramente que estas especies sí se comunican, pero estos sistemas de comunicación son sustantivamente distintos de la capacidad que posee el ser humano.

Ahora bien, aunque las culturas y sociedades humanas varían en muchos aspectos, y a pesar de que existen muchas diferencias entre los idiomas que se han estudiado por la historia, todas las lenguas humanas tienen rasgos en comunes y comparten ciertas características importantes. Parte de la investigación lingüística se dedica a encontrar cómo son similares, y cómo son diferentes, cuáles son rasgos sus invariables, y cuáles son sus rasgos variables.

Algo que sabemos bien ahora es que la complejidad de una lengua no varía según el desarrollo de la cultura material de la sociedad que la utiliza. No hay lenguas humanas "primitivas". No hay ninguna razón para creer que la lengua hablada por una sociedad que construye pirámides es más desarrollada que la lengua hablada por una sociedad que busca su comida en la selva. Además, todas las lenguas humanas tienen gramática (estructura definida), aunque ésta no esté escrita. Las reglas gramaticales que existen en una lengua no escrita no son más ni menos que las que existen en una lengua con una larga tradición literaria.

B. Algunas propiedades del lenguaje humano

Como hemos dicho, aunque las lenguas humanas pueden variar en muchos aspectos (piense, por ejemplo, en las diferencias que muestran el español y el quechua en el inventario de sonidos, en la manera cómo se forman las palabras o las oraciones, etc.) éstas muestran que en la facultad misma del lenguaje existen ciertas propiedades comunes, las cuales son fundamentales para permitir la comunicación de la manera eficiente que conocemos. Algunas de estas propiedades son:

a. Arbitrariedad o convencionalidad

Esta propiedad se vincula con el hecho de que no existe un nexo natural (motivado) entre una secuencia de sonidos que utilizamos para referirnos a un determinado concepto, y el concepto mismo. Por ejemplo, no hay "nada" en la idea que tenemos del "Astro Rey" que nos indique que debemos utilizar una determinada secuencia de sonidos para denominarlo (por ejemplo, "s-o-l"). De hecho, este mismo objeto recibe múltiples denominaciones en diferentes lenguas: "sun", en inglés; "antü", en mapuche; "aurinko", en finlandés, etc. Ahora, no es menos cierto que existe un conjunto de palabras cuya secuencia de sonidos de alguna forma nos remiten a su referente. Son las llamadas palabras onomatopéyicas, pero éstas son siempre escasas en las lenguas y, cual más cual menos, son objeto de los mismo procesos que afectan a las demás palabras de la lengua. En semiología, a aquellas unidades que establecen una relación arbitraria o convencional entre forma y contenido se las denomina "signos" y aquellas que, tal como los mapas o señales del tránsito, nos entregan información motivada, cuyo contenido podemos deducir de su forma o propiedades, se denominan "íconos". Por cierto, las palabras de una lengua se constituyen en este sentido en "signos lingüísticos".

b. Productividad o creatividad

Las lenguas humanas son productivas en el sentido de que nos permiten construir enunciados nuevos y, a la vez, entender enunciados que no hemos escuchado antes. Por ejemplo, yo puedo decir en estos momentos "Vi marcianos ayer". Puede que esta oración no la haya dicho nunca antes y que mis interlocutores no la hayan escuchado antes, pero somos capaces de construirla y decodificarla porque el lenguaje humano es esencialmente creativo. Por cierto, esta misma capacidad es la que nos permite construir enunciados falsos, absurdos, hipotéticos, etc.; todo ello, hasta donde sabemos, fuera de la capacidad de otras especies.

c. Dualidad

Decimos que el lenguaje humano posee una dualidad por cuanto posee un inventario relativamente pequeño de sonidos carentes de significado, los cuales al combinarse de acuerdo a ciertas reglas producen una infinidad de unidades significativas. Así, una pauta está constituida por el conjunto de unidades sin significado (los fonemas) y su combinatoria; y la otra pauta está constituida por las unidades significativas (morfemas, palabras). A la primera la denominamos pauta fonémica; a la segunda, pauta gramatical.

Una consecuencia de esta propiedad del lenguaje humano es que permite que los enunciados construidos sean potencialmente infinitos. En consecuencia, este sistema es altamente eficiente y productivo, pues tal como sucede con los números, con escasas unidades que carecen de significado podemos formar infinitos enunciados significativos. A modo de ejemplo, piense que el español latinoamericano posee sólo 22 fonemas (5 vocales y 17 consonantes), con los cuales podemos construir todo lo que decimos en esta en esta variante del castellano. No sucede así con otras especies, cuyos sistemas de comunicación poseen una sola pauta. El gibón, por ejemplo, posee una cantidad limitada de ruidos, pero cada uno de estos gritos está asociados a un determinado contenido (hambre, peligro, etc.). La consecuencia es inmediata: este sistema es poco eficiente, pues dado que cada unidad está asociada con un contenido, si las señales fueran en aumento, este sistema terminaría agotándose pues los sonidos se harían cada vez menos discriminables entre sí.

d. Carácter discreto

Podemos exponer esta propiedad mediante un ejemplo. Cuando hablamos una lengua humana, sea el español, utilizamos secuencias de sonidos cuyos límites no son precisos entre unos y otros, lo cual puede comprobarse observando la imagen de un espectrograma. Decimos que la cadena hablada es una secuencia continua en la realidad. Sin embargo, en un nivel teórico, postulamos que estas unidades son discretas y funcionan como totalidades distinguibles perfectamente unas de otras. Así, por ejemplo, cuando enunciamos la palabra "no", el paso de "n" a "o" no es con límites precisos, sin embargo, proponemos que cognitivamente interpretamos estas unidades sonoras como si fueran dos unidades claramente distinguibles unas de otras. Cabe hacer presente que este carácter discreto no sólo lo postulamos en el nivel de las secuencias de sonidos, sino también en el plano de los significados.

Lo que hemos dicho hasta aquí referente a las propiedades del lenguaje humano no es todo lo transparente y definitivo que pareciera. Hay, en efecto, mucho campo para problematizar. Bástennos, sin embargo, estas breves notas como un buen punto de partida para futuras conversaciones respecto del tema.

C. Niveles de análisis en lingüística descriptiva

La lingüística, como hemos dicho, es la ciencia que estudia el lenguaje humano. Como disciplina científica que es, ha sistematizado el estudio de este objeto distinguiendo diferentes niveles de análisis. Aunque hay algunas diferencias entre los autores, existe consenso en distinguir a lo menos seis niveles focales: fonético, fonológico, morfológico, sintáctico, semántico y discursivo. Conviene advertir que estos no son niveles nítidamente diferenciados unos de otros. Existen, en efecto, zonas de traslape donde se intersectan los dominios de unos y otros (hay traslape entre fonética y la fonología; morfología y sintaxis, etc.). Tampoco debemos pensar que la distinción de estos niveles obliga al estudio de una lengua desde las unidades más pequeñas (el sonido) hasta las más complejas (unidades del nivel discursivo). Es lo habitual, pero muchas veces ocurre que las claves para describir adecuadamente un nivel más básico están presentes en los niveles más complejos.

Hoy en día también los estudios del lenguaje están enfatizando la importancia de establecer un diálogo con otras disciplinas como la neurología, informática, etnografía, sociología, psicología etc. De este modo han surgido estudios interdisciplinarios que han dado un impulso valioso a los estudios del lenguaje. Son notables, por ejemplo, los aportes que interdisciplinas como la psicolingüística o la etonolingüística han dado a los estudios del lenguaje. Por cierto, excede al propósito de estas notas abordar cada una de ellas. Sin embargo, queremos referirnos brevemente a la interdisciplina cuyo objeto de estudio es la relación que se establece entre el lenguaje y sociedad: la sociolingüística.

D. Sociolingüística

Multilingüismo

Algunas sociedades humanas son monolingües, pero la mayoría son multilingües. Un niño puede aprender a hablar con facilidad varias lenguas distintas, y las sociedades lo pueden hacer también, como lo han hecho. Esto no es un fenómeno moderno.

Hay evidencia de que por toda la historia ha habido influencia de una lengua a otra. Las lenguas de los imperios conquistadores han influido y han sido influenciados por las lenguas de las culturas dominadas y las culturas vecinas. Se ha dicho que la única lengua que no es influenciada por otra lengua es una lengua muerta.

La influencia de una lengua en otra puede encontrarse en todos niveles de análisis (descritos con más detalle a continuación). En la fonética, una lengua puede cambiar cierto sonidos para aparecer más como otra lengua. Esto ha pasado en europa, donde la "r" parisiana ha tenido un efecto en una zona más y más grande. En la sintaxis, una lengua puede ajustar el orden normal de los elementos. En norteamérica, esto parece ser haber pasado, desde que varias familias no relacionadas genéticamente han quedado con el orden verbo-sujeto-objeto. Y ahora se ve que varias lenguas del mundo se están cambiando al orden sujeto-verbo-objeto por influencia lenguas europeas. El área en que más fácilmente se percibe la influencia de una lengua sobre otra es en el léxico. Esta influencia puede ser muy local: por ejemplo, una lengua indígena de Sonora, México, puede prestar una palabra al español local. O puede ser más global: por ejemplo, el náhuatl prestó el nombre de una cierta planta al español (tomate), y de ahí el nombre ha pasado al inglés, francés, y muchas otras lenguas.

Variación dialectal

La mayoría de las lenguas del mundo, por la extensión de su territorio y el número de hablantes, tienen variantes. El nombre técnico para una variante de una lengua es "dialecto". En español, en el habla popular, la palabra "dialecto" se utiliza frecuentemente para una lengua regional, sea una lengua indígena o una variante particular de la lengua nacional. Además, este uso de "dialecto" incluye algunos rasgos despectivos, porque se cree erróneamente que un "dialecto" es inferior a un idioma. Sin embargo, como hemos dicho, en lingüística, la noción de dialecto no tiene ninguna connotación peyorativa, y sólo alude a la manera particular como se manifiesta una lengua en un lugar geográfico determinado. Por ejemplo, y tal como nuestra experiencia nos lo indica, el español no se habla de la misma manera en España, Argentina, Bolivia, México o Chile. Las diferencias pasan por los distintos niveles lingüísticos: hay algunas variaciones en los sonidos, en la morfosintaxis y, más que todo, en el léxico. Así, por ejemplo, si se compara el castellano argentino con el chileno, se advierte que la pronunciación de una palabra como "llave" es diferente en ambas naciones. En el plano gramatical, podemos apreciar que existen diferencias en el empleo de los tiempos verbales pretéritos y en cómo se manifiesta el objeto directo ("aún no le gané" y "lleva tres años buscandoló a su hermano" son frases que ejemplifican lo que hemos dicho). En el plano léxico, esto es todavía más visible: hay diferencias en la manera de denominar los medios de transporte, las prendas de vestir, las comidas diarias, etc. Ahora, ciertamente lo que hemos dicho hasta aquí es una simplificación, pues si entrevistáramos a un argentino de Salta o de Córdoba podría no concordar con algunas de estas observaciones. Diría, con expresión algo despectiva, seguramente, que las frases que hemos transcrito son típicas de un "porteño" (oriundo de Capital Federal). Esto nos lleva a sostener que las variantes dialectales no sólo se aprecian en distintos países que hablan una misma lengua, sino también dentro de una misma nación. En el caso que nos ocupa, diremos que hay un dialecto del español hablado en Argentina que es distinto del dialecto chileno, etc; pero también diremos que el dialecto del español de Buenos Aires es distinto del dialecto cordobés, etc. Ahora, estas mismas observaciones son igualmente válidas para las lenguas indoamericanas y para cualquier otra. Así, por ejemplo, podemos hablar del dialecto quechua de Perú, Ecuador o Bolivia; del dialecto mapuche hablado en Chile y el dialecto mapuche hablado en Argentina; de los dialectos aymaras de Bolivia, Perú y Chile; de los dialectos mapuches nortino, cordillerano, costeño y austral de Chile, etc.

Pero la sociolingüística no sólo se ocupa de la relación que existe entre una lengua determinada y la ubicación geográfica de la comunidad hablante. También le interesan, entre otros aspectos, la relación entre lengua y estrato social, edad, etc. Por ejemplo, en muchas comunidades hablantes ocurre que las personas pertenecientes a un estrato social determinado hablan diferente de las de otro estrato. Era el caso en Roma, donde se hablaba un "latín clásico" y un "latín vulgar", el último de los cuales dio origen a las lenguas romances y luego al español. Pero no debemos ir tan lejos en la historia para observar estos fenómenos, pues hoy en día en muchas sociedades estos mismos fenómenos ocurren con mucha frecuencia y generalmente asociados a las nociones sociolingüísticas de "prestigio-estigmatización". El término dialecto puede aplicar también a estos casos, pero muchos autores prefieren referirse a ellos como variantes sociolectales. Las diferencias de habla asociadas con la edad de los individuos —lo que ocurre con frecuencia en sociedades como la hispana o anglohablante— se denominan en este uso más técnico "cronolectos".

Hay otras variaciones que están asociadas no tanto a la sociedad en cuanto tal, sino a los contextos o situaciones específicas en que un habla específica es puesta en escena. Por ejemplo, muchas veces una situación formal elicita una conducta lingüística que es diferente de una situación informal. Estas diferentes variantes se denominan habitualmente "registros" y su estudio también es parte del terreno de la sociolingüística.

Un fenómeno especialmente relevante para la sociolingüística es el estudio de las distintas variedades de bilingüismo. Esto es especialmente importante en el caso de las culturas que están insertas en sociedades mayoritarias, pues en muchas ocasiones las evaluaciones que desde el punto de vista sociolingüístico hacen los especialistas, permiten que se implementen planes de rescate y sobrevivencia. En efecto, muchas de las iniciativas que han surgido para la mantención de las lenguas vernáculas de México o la zona andina, han tenido como fuente de información los estudios sociolingüísticos.

Familias

Con el tiempo, las variantes de una lengua se convierten en hablas que no son mutuamente entendibles, y cuando esto pasa, técnicamente se dice que hay una familia de lenguas. El latín, por ejemplo, se dividió en muchas variantes, como el siciliano, el florentino, el napolitano, el castellano, el andaluz, el catalán, el provençal, el portugués, el gallego, etc. Otra lengua prehistórica se dividió en muchas variantes, que hoy se llaman inglés, alemán, holandés, etc. Los lingüistas han utilizado la figura de un árbol, para graficar las distintas relaciones que existen entre las lenguas. Así, por ejemplo, hablan de un "tronco hokano", de una "familia nahuatl", de una "rama polinésica", etc. En América del Sur una de las familias lingüísticas más importantes desde el punto de vista numérico es la "familia quechua".

E. Fonética

La fonética estudia los sonidos que producen los seres humanos para comunicarse unos con otros, y el estudio de estos sonidos provee las herramientas teóricas para reconocer, pronunciar, y escribir cualquier sonido de habla.

De acuerdo con Gleason (p. 23),

Los sonidos que produce la voz humana se pueden estudiar en conjunto a partir de diversos puntos de vista. Dos de ellos han llegado al grado de precisión que los convierte en útiles para la lingüística: la fonética articulatoria,...y la fonética acústica,... .

La fonética articulatoria describe el sonido lingüístico desde el punto de vista de su producción (interesará saber, por ejemplo, de qué manera éstos se articulan, qué órganos intervienen, etc.); la fonética acústica describe el sonido lingüístico desde el punto de vista de sus propiedades físicas (interesará saber, por ejemplo, cuál es su frecuencia de onda, su duración, etc).

Hay varias clases de sonidos:

  • por su zona de articulación: bilabial, alveolar, dental, velar, palatal, glotal, etc.
  • por su manera de articulación: oclusivas, fricativas, aproximantes, vocales, etc.

Los lingüistas utilizan símbolos técnicos para representar los sonidos tal como se pronuncian en cada caso. Un conjunto famoso de símbolos es el AFI (Asociación Fonética InternacionaI). Un estudiante de la fónetica debe poder definir, reconocer, producir y transcribir una gama amplia de los sonidos utilizados en lenguas humanas.

  • [p] es una oclusiva bilabial sorda
  • [k] es una oclusiva velar sorda
  • [z] es una sibilante dental sonora

Las transcripciones fonéticas que utilizan un sistema como el AFI facilitan la escritura de palabras, aún de lenguas que no tiene alfabeto, para que sean reconocidas por otras lingüistas sin conocimiento de la ortografía particular a esa lengua.

[kwizi] es una transcripción fonética de la palabra queasy 'bascoso' de inglés. (No hay ninguna relación directa entre la transcripción fonética y el alfabeto oficial de inglés.)

¿Puede Ud. adivinar cuál es la palabra de español que corresponde a la transcripción fonética [weko]? [respuesta]

¿Puede Ud. adivinar cuál es la representación fonética de la palabra quepo? [respuesta]

F. Fonología

Ahora bien, si concebimos el lenguaje humano en general y los sonidos del habla en particular como un medio a través del cual logramos comunicarnos, convendremos en que una distinción bipartita como la recién vista (fonética articulatoria y fonética acústica) no considera un aspecto importante; a saber, cómo los individuos perciben estas unidades concretas. Necesitamos considerar, en consecuencia, además de la fonética acústica y articulatoria, una fonética auditiva o perceptual.

Los dominios científicos en los cuales están basadas cada una de estas subdisciplinas —fonética acústica, fonética articulatoria y fonética perceptual o auditiva— corresponden a la fisiología, la física y la psicología, respectivamente. Nótese que en cada una de estas áreas de la fonética, el objetivo central se vincula con la descripción de un fenómeno concreto: el sonido lingüístico.

En el nivel fonológico, el objetivo estará centrado no ya en describir los sonidos, sino en determinar cuál es la función que estas unidades concretas desempeñan en el sistema de la lengua. En fonología nos preguntamos si dos sonidos articulatoriamente similares son dos unidades funcionales distintas (fonemas) o son sólo dos variantes (alófonos) de una misma unidad funcional. También interesa estudiar en fonología la sustitución, caída y adición de fonemas en la morfología de una lengua (morfofonología) y cuáles son las posibilidades de combinación de estas unidades funcionales (fonotaxis).

La fonología tiene que ver con la organización sistemática de los sonidos de una lengua específica. Se habla de la fonología del castellano, la fonología del catalán, etc. La fonología se fija en la función de los sonidos en la lengua. En inglés, la aspiración que se escucha al principio de palabras con oclusivas sordas, como /t/, no es distintiva. La palabra [thoj] <toy> 'juguete' empieza con una oclusiva aspirada, pero la aspiración es completamente predecible. Fonológicamente la palabra es /toj/.

Por otra parte, en el tol de Honduras, la aspiración que aparece en las palabras no es predecible, sino distintiva. Hay pares mínimos como [phel] 'brazo' y [pel] 'pulga'. Fonológicamente son /phel/ y /pel/. Se dice que hay dos fonemas oclusivos bilabiales en el tol: uno es aspirado y el otro es no aspirado. En inglés, hay un fonema oclusivo bilabial que es aspirado fonéticamente en ciertos contextos.

En el español moderno, no hay una distinción funcional entre la oclusiva dental [d] y la fricativa dental [ð]. Es predecible donde cada uno se presenta. Así que [naðando] se escribe fonológicamente /nadando/. Se dice que [d] y [ð] son alófonos del fonema /d/ en español. En el inglés, la distinción entre estos dos sonidos es funcional: hay pares mínimos como [ðowz] <those> 'aquellos', y [dowz] <does> 'venados hembras'.

Desde una perspectiva temporal el análisis fonológico puede ser visto sincrónica o diacrónicamente. El análisis diacrónico estudia los fenómenos fonológicos en su evolución histórica; el análisis sincrónico estudia los fenómenos fonológicos en un momento histórico determinado (en estas notas privilegiaremos el estudio fonológico sincrónico focalizado en la identificación de los fonemas de una lengua). Una distinción clásica que se plantea en el nivel fonológico, por otra parte, es la oposición entre las nociones de fono y fonema. El fono es una unidad concreta que describimos en términos de ciertos parámetros articulatorios; el fonema es unidad abstracta que cumple en la lengua una función opositiva o contrastiva. En fonología distinguimos, en consecuencia, dos niveles con sus respectivas unidades: un nivel concreto (cuya unidad es el fono) y un nivel abstracto (cuya unidad es el fonema). Ésta es la distinción clásica. Sin embargo, podemos ser aún más rigurosos y distinguir tres niveles de abstracción con sus respectivas unidades de análisis. Así, en el nivel más concreto encontraríamos los sonidos lingüísticos, esto es, cada una de las unidades únicas e irrepetibles que un sujeto produce en un momento y lugar determinados (un espectrograma permitiría observar, por ejemplo, que cada vez que producimos un enunciado como [no], los sonidos [n] y [o] son diferentes); en un nivel medio de abstracción encontraríamos los fonos, esto es, una agrupación de sonidos que comparten los mismos rasgos articulatorios y que son manifestaciones de unidades funcionales (al situarnos en este nivel diremos, por ejemplo, que el castellano de Chile tiene entre sus fonos los siguientes: [s] [fricativo, alveolar, sordo] y [z] [fricativo, alveolar, sonoro]); y, finalmente, en un nivel de abstracción mayor encontraríamos el fonema, esto es, una unidad perteneciente al nivel teórico cuya función consiste en formar y diferenciar signos (Ávila 1989). Al situarnos en este nivel diremos, por ejemplo, que en el castellano de Chile existe un fonema /s/, el cual tiene dos realizaciones alofónicas en distribución complementaria: [z] (que ocurre ante consonante sonora) y [s] (que ocurre en los demás casos).

Un aspecto que conviene subrayar en este punto, es el hecho que los fonemas y sus correspondientes realizaciones alofónicas, son de un número pequeño y carecen de significado. Esto dota al sistema comunicativo humano de enorme economía y eficiencia, toda vez que con un número finito de unidades sin significado podemos producir un número infinito de unidades significativas (ver "Algunas propiedades del lenguaje humano").

Ahora, conviene destacar también que el nivel fonético y el nivel fonológico no son dos niveles independientes. Son, más bien, "dos caras de una misma moneda", dos perspectivas desde las cuales se analiza un mismo objeto. Citemos a Quilis (p. 7):

Algunos lingüistas han pretendido hacer de la Fonética y de la Fonología ciencias independientes y tratarlas por separado. Hoy se vuelve a ver en estos dos aspectos fónicos del lenguaje un núcleo, una montaña con dos vertientes inseparables que requieren un mutuo apoyo para su existencia útil y definitiva. El desarrollar solamente la Fonética no tiene el mismo alcance ni extensión que cuando se desenvuelve con miras a la función que esos símbolos desempeñan en el sistema de la lengua. El pretender describir solamente el aspecto fonológico de una lengua sin tener para nada en cuenta el fonético, es un absurdo, y más que esto un imposible. El valor y desarrollo de la Fonología y de la Fonética se condicionan mutuamente.

Retomemos, mediante un ejemplo, la relación de mutuo condicionamiento entre la fonética y la fonología. Consideremos para ello los fonos [p] y [b] del español. En primer lugar, la fonética articulatoria describirá estos fonos como [oclusivo, bilabial, sordo] y [oclusivo, bilabial, sonoro], respectivamente. Ahora, quedarnos sólo con estos datos no parece tener mayor valor que el saber cómo estos sonidos se producen. Si nos preguntamos, en cambio, por la función que [p] y [b] desempeñan en español (¿son variantes de una misma unidad funcional o son dos unidades funcionales distintas?) el análisis se enriquece notoriamente. Por otra parte, intentar determinar el estatus fonémico de los fonos [p] y [b] y pretender organizarlos en el sistema fonológico completo del castellano, prescindiendo para ello de la información que nos aporta la fonética, no parece una tarea posible.

El estudio de la fonología es la base para el alfabeto de la lengua. No hay ninguna lengua del mundo que se representa fonéticamente por su alfabeto práctico pues la representación fonética incluiría muchos detalles predecibles.

Fonos, fonemas y grafemas del castellano

Hasta el momento hemos hablado de fonos y fonemas. Para ello, hemos utilizado ciertas convenciones: paréntesis de corchetes en el caso de la transcripción fonética y líneas oblicuas en el caso de la transcripción fonémica. También hemos utilizado un alfabeto para representar cada fono y fonema de esta lengua.

Se ha propuesto que un alfabeto práctico se debe basar en los fonemas y no en los fonos de la lengua. La razón para esta idea debe ser muy clara, dado que el número de fonos en una lengua podría ser muy alto, y mucho más que el número de fonemas. En Ávila 1989, encontramos una tabla que muestra la relación entre los fonemas que se usan en el español de México (según un análisis común)[Nota 1] y las letras correspondientes al alfabeto de uso común (los grafemas). Esta tabla aplica, con algunas diferencias, a otras variantes del español latinoamericano, razón por la cual la reproducimos con algunos pequeños cambios. Se puede ver que el alfabeto grafémico del español no es un alfabeto completamente fonémico, porque diferentes grafemas (letras) pueden representar un mismo fonema y un mismo grafema puede servir para representar más de un fonema. Por ejemplo, el fonema /b/ se transcribe con las letras b (como en la palabra barco) y v (como en la palabra vano); en tanto que la letra c sirve para representar los fonemas /k/ (como en la palabra calvo) y /s/ (como en la palabra ciego).

  Fonema Grafema Ejemplo
1. /b/ b
v
boca
vaca
2. /p/ p pila
3. /f/ f fila
4. /d/ d día
5. /t/ t toma
6. /s/ s
c (ante e, i)
z (excepto ante e, i)
saco
ceja
zapato
7. /j/ y
ll
hi

yeso
llanto
hierba
8. / / ch chato
9. /g/ gu (ante e, i)
g (excepto ante e, i)

hu
guerra
gato
hueso
10. /k/ qu (ante e, i)
c (excepto ante e, i)
k

queso
casa
kilo
11. /x/ g (ante e, i)
j
x
gemido
jefe
México
12. /l/ l loma
13. // r aro
par
14. /r/ r (inicial de ramo palabra)
rr
(entre vocales)
rama
carro
15. /m/ m

mapa

16. /n/ n enano
17. / / ñ año
18. /i/ i
y
iris
estoy
19. /e/ e era
20. /a/ a aro
21. /o/ o oro
22. /u/ u uno

Este cuadro omite la fricativa palatal (o postalveolar) sorda (//)que aparece en muchas palabras y nombres de origen indígena en México, como en la palabra mixiote.

Este cuadro omite la letra h que es parte del alfabeto español, aunque no corresponde a ningún hecho fonológico; la h en hábil, hamaca, y almohada no se pronuncia.

La letra x también representa un grupo consonántico, /ks/, como en la palabra taxi.

Observación: Si comparamos este inventario de fonemas con el del español peninsular, veremos que este último tiene a lo menos un fonema más: //: fricativo, interdental, sordo. Ejemplos: [a'pato] (zapato), [pe] (pez), ['ae] (hace). Este fonema es representado en la ortografía de uso común por los grafemas z y c.

Decimos que el español peninsular posee "al menos" un fonemas más, porque en algunas zonas de España también existe el fonema / /, el cual también se aprecia en algunas zonas rurales de Sudamérica: lateral, palatal, sonoro. Ejemplos: ['ama] (llama), [ka'bao] (caballo). Este fonema es representado en la escritura por la "doble ele" (ll).

G. Morfología

La morfología tiene que ver con la formación de las palabras. La unidad mínima de la morfología se llama morfema. Una palabra del español que tiene un solo morfema es una palabra como con, y, tres, y plural. Muchas palabras de español son multimorfémicas, porque contienen dos o más morfemas (separados con guión en estos ejemplos): herman-o-s, palabr-a-s, blanc-o, y habl-a-mos.

Uno puede estudiar varias facetas de la morfología. Aquí mencionaremos algunas.

Hay raices, prefijos, sufijos, y hasta infijos y suprafijos. La palabra contienen incluye una raíz tien (que tiene la forma ten en otros contextos), un prefijo con-, un sufijo -e (que indica la conjugación), y un sufijo -n (que indica la persona y número del sujeto). Hay morfemas libres, como entre, que pueden aparecer sin otro morfema, y morfemas ligados, como blanc-, que no pueden aparecer sin combinarse con otro morfema. Hay lenguas que poseen morfemas discontinuos.

Hay distinción entre la morfología inflexional y la morfología derivacional. En términos generales, la morfología inflexional tiene que ver con las varias formas de una palabra dentro del mismo paradigma, como habl-o, hablas, habla, hablamos, habláis, hablan, hablé, hablaste, habló, etc. La morfología derivacional tiene que ver con los mecanismos para cambiar una palabra de una categoría a otra, como hablante, que contiene un sufijo derivacional para crear un sustantivo de la base verbal habla-.

Algunas lenguas tienen sistemas morfológicos muy complicados. Si una lengua tiene muchos afijos (prefijos o sufijos), como el quechua, el náhuatl, o el turco, se llama una lengua polisintética. El chino es citado como una lengua al otro extremo, una lengua aislante, porque carece de una morfología muy desarrollada. El inglés, en cuanto a los morfemas inflexionales, se encuentra más al extremo aislante. La mayoría de las lenguas se encuentran en algún punto intermedio.

Es más probable en una lengua con una morfología compleja, que una sola palabra puede constituir una oración completa y compleja. En seri (de México), la palabra ihpyompazt significa 'yo no fui tatuado', y es una oración completa. El prefijo ihp- significa sujeto de primera person singular (en oraciones intransitivas, como ésta), yo- significa tiempo pasado, m- indica negación, p- indica voz pasiva, y -azt es la raíz del verbo 'tatuar'. El aymara, al igual que otros vernáculos indoamericanos, es también una lengua polisintética. Nos dice Salas (p. 262):

…en aymara, una sola palabra: parlakipasipxañanakasakipunirakïspawa es una unidad comunicativa completa, equivalente a todo un período oracional complejo en castellano:"Yo sé que es deseable y que es necesario que nos comuniquemos entre todos siempre no más".

En estas lenguas las formas verbales suelen ser muy complejas y la sintaxis relativamente simple.

¿Puede Ud. analizar las siguientes palabras de seri para decidir cuáles son los morfemas? canoaa 'panga', canoaataj 'pangas'; xquii 'guaje, bule', xquiitaj 'guajes, bules'; xees 'zorra gris', xeestaj 'zorras grises'; tzih 'pez infla', tzihtaj 'peces infla'; xapoo 'lobo marino', xapootaj 'lobos marinos'. [respuesta]

Algunos contenidos semánticos expresados por morfemas

Un aspecto interesante a considerar aquí, y que de alguna manera está implícito en lo que hemos dicho anteriormente, es que las lenguas pueden expresar a través de su morfología diferentes categorías semánticas. Por ejemplo, el español distingue dos géneros: masculino y femenino (niñ-o/niñ-a), y dos números: singular y plural (niño/niños); pero una lengua como el mapuche no marca el género morfológicamente y, en cuanto al número distingue tres: singular, dual y plural. Otras lenguas como el latín o el romané señalan morfológicamente el caso o función gramatical que desempeña una palabra (en romané, diremos en términos demasiado simplificados que es la marca de caso acusativo (como en rakl-é); -éa la de caso vocativo (como en rakl-éa!);-enchar la de caso instrumental (como en rakl-énchar) etc.). Otras lenguas pueden indicar en su morfología nominal la categoría de "posesión", etc. Por cierto, esto último no ocurre en lenguas como el español o el inglés.

El verbo también puede expresar diferentes categorías semánticas en distintas lenguas. Por ejemplo, en español distinguimos dos aspectos diferentes: perfectivo e imperfectivo. Esto se aprecia en una oposición del tipo cantaste v/s cantabas. Sin embargo, otras lenguas no marcan tal distinción aspectual; y otras hacen distinciones aspectuales diferentes (habitual, progresivo, irreal, etc.). El tiempo también es una categoría que es organizada y marcada de manera diferente en algunas lenguas. Para los hispanohablantes, por ejemplo, es claro que existe una distinción entre un tiempo presente, pasado y futuro, y que tal distinción está marcada en la morfología. Sin embargo, en una lengua como el mapuche esta distinción no resulta pertinente.

H. Sintaxis

Mientras la morfología se trata de la combinación de morfemas para formar palabras, la sintaxis se trata de la combinación de palabras para formar frases y oraciones. Un postulado importante es que las oraciones no se componen de palabras, sino de frases, y las frases se componen en muchos casos de palabras en coordinación con alguna frase. Un ejemplo sencillo (y aún no completo):

        FDet    
          FN    
  FV   FN FComp
    FPrep     FPrep   Oración
FN     FN       FN   FV
Sust. Verbo Prep. Sust. Det Sust. Prep. Sust. Comp. Verbo
Juan tomó con gusto el jugo de piña que encontró.

Las lenguas del mundo varían en su tipología en aspectos sintácticos. Hay tres órdenes comunes en las lenguas del mundo en cuanto al orden de Sujeto, Objeto (Complemento Directo), y Verbo en oraciones básicas:

  1. VSO: Verbo - Sujeto - Objeto: zapoteco (México) y muchas lenguas de norteamérica;
  2. SVO: Sujeto - Verbo - Objeto: inglés y muchas lenguas del mundo;
  3. SOV: Sujeto - Objeto - Verbo: quechua y muchas lenguas del mundo (tal vez la mayoría).

En español, ¿cuál es el orden predominante cuando estos tres elementos se presentan en una oración? Considere las siguientes posibilidades: Juan comió la manzana (SVO), Comió Juan la manzana (VSO), y Juan la manzana comió.

Hay una correlación entre el orden de estos elementos y otras reglas sintácticas en las lenguas. Por ejemplo, en español, inglés, y muchas otras lenguas, en las frases adposicionales encontramos preposiciones: sobre la mesa (Preposición - Frase Nominal). En otras lenguas, sobre todo las en que el Objeto antecede el Verbo, encontramos posposiciones: hamíime com iti (cielo el en) "en el cielo" (Frase Nominal - Posposición, en seri de México).

Conviene precisar que en las últimas décadas se ha producido un vuelco importante en la manera de concebir los estudios gramaticales (uno de cuyos focos es, precisamente, la sintaxis). Se habla, en efecto, de una manera tradicional y moderna de analizar este nivel. Haremos aquí un apretado contraste entre ambas concepciones, teniendo siempre en cuenta que ésta es una visión extremadamente amplia, y que por lo mismo dejará muchos aspectos sin profundizar.

En primer lugar, conviene señalar que tradicionalmente, y aún en nuestros días en no pocos casos, la gramática se concibe como un "arte". Tal concepción está presente, por ejemplo, en gramáticos como Andrés Bello, cuya contribución a los estudios del español sigue aún vigente. Los estudios gramaticales asumen aquí un carácter fuertemente prescriptivo. "Hacer gramática", desde esta perspectiva, consiste en señalar pautas para "hablar y escribir correctamente". Se procura, en efecto, desterrar los "vicios de dicción", con el fin de lograr acercarse a un modelo del buen decir, el cual de acuerdo a este enfoque lo entregan las hablas de "la gente culta" o los escritores. Ahora, en oposición a esta manera de concebir la gramática, surge una concepción más "científica", la cual tiene como énfasis la descripción y explicación de los fenómenos lingüísticos. De la mano con lo anterior, avanza la idea de que el modelo de hablante ideal no es patrimonio de una clase o rol social determinado, sino que, se postula, cada sujeto, en tanto hablante nativo de una lengua, es capaz de poner en práctica su intuición lingüística y juzgar la aceptabilidad o no de determinados enunciados. El gramático moderno, lejos de intentar desterrar aquellas estructuras que pudieran considerarse viciadas desde una óptica tradicional, analiza cuidadosamente esos fenómenos con el fin de darles sentido en virtud de procesos fonológicos, morfosintácticos, históricos, etc. Por cierto, es concomitante con esta concepción más "científica" de la gramática —tal como lo hemos dicho en las notas de sociolingüística— la idea de que las lenguas de sociedades menos privilegiadas o variantes dialectales son igualmente proclives a una descripción lingüística que aquellas que tienen una tradición escrita o que son utilizadas por sociedades que ostentan un mayor grado de desarrollo.

Por otro lado, en la concepción tradicional de la gramática, la escritura ocupa un lugar preferencial. De hecho, la propia palabra "gramática" nos remite a esta técnica. Sin embargo, hay por lo menos dos argumentos que justifican que el énfasis del estudioso del lenguaje no se centre en la lengua escrita, sino en la lengua hablada. Uno de ellos es que la técnica de la escritura es relativamente reciente, por lo menos comparada con la fecha que estimamos existe el homo locuens; y, en segundo lugar, todas las culturas que conocemos, aún con grados de desarrollo tecnológico precario, poseen lenguaje hablado, pero no necesariamente escrito.

Por último, conviene señalar que esta concepción moderna de la gramática tiene un carácter eminentemente formal. Esto quiere decir, por ejemplo, que en sintaxis las unidades que componen las frases no se definen en virtud de sus significados o propiedades esenciales (el enfoque gramatical tradicional define el sustantivo como aquella palabra que señala "persona, animal o cosa"; el verbo, como aquella clase de palabra que señala una acción, etc.), sino en virtud de su distribución. Así, entonces, un verbo se define en la concepción gramatical moderna como el núcleo de una frase verbal; el sustantivo como el núcleo de una frase nominal, etc.

Ahora, hay que advertir que la manera tradicional de concebir la gramática no está en absoluto extinta. Su inercia, en efecto, permanece muy vital en sociedades como la hispanohablante, y en muchos casos cruza la mayoría de los niveles de enseñanza escolar.

Conviene destacar, por último, que el lingüista que más ha aportado en la concepción moderna del lenguaje, la cual apenas hemos esbozado aquí, es Noam Chomsky. Sus trabajos lingüísticos, en efecto, han marcado decisivamente los estudios lingüísticos desde la segunda mitad del siglo XX. Su línea teórica, conocida como gramática generativa, ha entregado aportes sustantivos en ámbitos tan amplios como la psicolingüística (al quebrar el paradigma clásico de concebir el lenguaje como un mero sistema de hábitos que se adquiere por estímulo y respuesta); la inteligencia artificial (al proponer un modelo formal del lenguaje que se aviene con la nomenclatura típica de las "ciencias duras"), etc.

I. Discurso

El uso de palabras y oraciones no es regido solamente por reglas gramaticales sencillas, sino también por reglas a nivel del discurso. Cuando uno estudia la retórica, uno está estudiando, en parte, las maneras preferidas para combinar las oraciones en una lengua según "el estilo bueno". Todas las lenguas del mundo tienen estructura a nivel de discurso, y hay muchas diferencias entre ellas en la manera en que señalan quién es el protagonista de la historia, cómo introducen participantes secundarios, cómo indican que cierta información es información de fondo, cómo utilizan las formas verbales para crear interés, cómo indican que la información es tradicional, mítica, o experiencias personales, etc. El estudio del discurso es tan importante como el estudio de la sintaxis de la oración, porque errores a este nivel pueden invalidar todo lo que uno intenta comunicar.

J. Semántica y pragmática

La semántica estudia la relación entre los sonidos y estructuras, y los significados y conceptos que se comunican. Es un campo de mucha importancia para la lingüística. Se comunica el significado por medio de morfemas y palabras, por estructuras, por entonación, y con acciones (por ejemplo, el elevar las cejas o el movimiento del dedo índice o una mirada directa).

Semántica léxica

Como hemos señalado en la sección dedicada a las propiedades del lenguaje, la relación entre el significado y su forma léxica es (generalmente) arbitraria. En efecto, no hay ninguna razón por la cual el concepto de ||canino|| deba representarse con las palabras chien en francés, dog en inglés, perro en español, y haxz en seri. Este hecho implica también que cada lengua tiene su propia estructura semántica y que raramente habrá una relación directa entre dos palabras que aparentemente son traducciones una de la otra.

Algunos conceptos lingüísticos se expresan, o pueden expresarse, con estructuras más complejas que el morfema o la palabra. Hay "frases hechas" en todas lenguas humanas, tal como las siguientes:

español: pintar el venado, o hacer novillos, que significa no asistir a clase
inglés: kick the bucket ('patear el balde'), que significa 'morir'

Los léxicos de dos lenguas no se pueden vincular lexema por lexema. Siempre hay diferencias muy importantes. En español y en inglés, las palabras agua y water respectivamente, son términos básicos, que pueden modificarse para describir el líquido que se encuentra en el mar: agua salada; salt water, etc. En cambio, en seri, hay dos palabras básicas, hax y xepe; la primera se utiliza para agua dulce y la segunda significa agua salada, o mar. No se puede modificar ni una ni la otra para describir el otro concepto.

El significado de una palabra es un complejo que no se reduce a una glosa o una pequeña descripción, a pesar de la práctica de los diccionarios. No se reduce, tampoco, a un conjunto de "rasgos", aunque uno puede sacar mucho provecho del estudio de los rasgos que describen y componen algo. Por ejemplo, un perro es más que [+animal], [+pelo], [+cuatro patas], [+ladrar], etc. En años recientes se ha propuesto la idea de prototipo. Se propone que los hablantes de una lengua tienen en su consciencia una imagen de, por ejemplo, una ave prototípica; la gallina, el avestruz, y el pengüino, pertenecen a la clase de aves, pero carecen de algunas características típicas de las aves, o tienen características excepcionales que los alejan del centro prototípico de la noción ||ave||.

Semántica proposicional

Al primero entran consideraciones, por ejemplo, que se tomarían en cuenta al confeccionar un diccionario —o sea, el léxico; el segundo analiza las relaciones conceptuales que se dan dentro del enunciado, e incluye el manejo de figuras de expresión como, por ejemplo, el símil, la elipsis, y la metáfora. Un ejemplo de lo que se llama 'campo semántico' en el léxico: en español, las palabras hermano y hermana tienen un campo semántico (o de referencia) muy distinto comparado con el del seri de México (como muchas lenguas), en el cual el hombre usa términos específicos para 'hermano mayor' anyáac, 'hermano menor' azcz, 'hermana mayor' apáac, y 'hermana menor' acóome. Por otra parte, la mujer usa términos específicos para 'hermana mayor' azáac, 'hermana menor' atcz, 'hermano mayor' amáac, y 'hermano menor' acaz. El lector se dará cuenta que no existe una equivalencia directa entre los dos idiomas.

La pragmática

La pragmática afirma que una gran parte de la interpretación de un enunciado es la información sobre el mundo y el contexto que los hablantes traen consigo; es decir, no toda la información necesaria se encuentra en las palabras mismas. Una gran parte de la interpretación de un enunciado depende de lo que el oyente presume, o de lo que se espera que presume. Por ejemplo, cuando uno pregunta "¿Qué hay en la tele esta noche?", y un compañero contesta "Nada.", la interpretación más común sería que "nada" no quiere decir la ausencia completa de toda transmisión televisa (aunque es un posibilidad menos probable), sino la ausencia de un programa que valga la pena ver. Si tomáramos en cuenta sólo el sentido de la palabra "nada" (la semántica, sin la pragmática), esta interpretación cotidiana no sería posible.

Parte de la interpretación viene de lo que sabemos del mundo, lo que presumimos que compartimos con nuestro interlocutor. Por ejemplo, cuando uno dice "Me gusta jugar con mi hermana", uno entiende (generalmente) que el hablante está afirmando que los dos juegan y no que está tratando a su hermana como un balón o pelota.

Una teoría que ha tenido mucha influencia últimamente es la teoría de la relevancia, que extiende la importancia del contexto y la pragmática.

K. Lingüística histórica

Todas las lenguas humanas cambian con el tiempo, sean escritas o no. Los cambios son múltiples, y después de mucho tiempo la acumulación de pequeños cambios en los sentidos, en las estructuras, y en el léxico causa que un grupo que habla esa variante de la lengua no pueda comunicarse con un grupo de otra región que no ha pasado por los mismos cambios.

En la lingüística histórica se estudian los cambios que han afectado a las lenguas, sea en la fonética, la fonología, la morfología, la sintaxis, el léxico, etc. Muchos estudios hacen enfoque en la reconstrucción de la lengua madre, que en muchos casos es una lengua que se desconoce totalmente debido a la falta de antecedentes. En el caso del latín, existe mucha información para ayudar en entender los pasos que han dado origen a las varias lenguas de la familia romance, que son las "hijas" de la lengua madre. Para la llamada familia germánica (que incluye inglés, alemán, holandés, noruego, sueco, danés, islandés, entre otras lenguas extintas y vivas), no tenemos registros de la lengua madre. Estas familias y otras de Europa y Asia forman la super-familia indoeuropea; tampoco tenemos obras escritas en la lengua madre, pero la reconstrucción de esta lengua durante los últimos dos siglos ha sido una de los éxitos más notables de la comunidad académica.


Respuesta: hueco. [volver a la lectura]

Respuesta: kepo. [volver a la lectura]

Respuesta: el sufijo -taj indica plural. El resto de la palabra es la raíz del sustantivo. [volver a la lectura]

Nota 1: Hay diferencia de opinión en cuanto al análisis de la r y rr. Según ciertos lingüistas, son dos fonemas. Según otros lingüistas, hay un solo fonema /r/, y hay también una secuencia de /r+r/, igual como hay secuencias /r+l/ y /r+n/.


Ávila, Raúl. 1989. La lengua y los hablantes. México: Trillas. 1989.

Gleason, Henry. 1975. Introducción a la lingüística descriptiva. Madrid: Gredos.

Manrique Castañeda, Leonardo. 1988. Atlas cultural de México: lingüística. México: Secretaría de Educación Pública, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Editorial Planeta.

Quilis, Antonio. 1992. Curso de fonética y fonología españolas. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Salas, Adalberto. "Las lenguas indígenas de Chile". En Culturas de Chile. Etnografía. Sociedades Indígenas Contemporáneas y su Ideología. Santiago. Editorial Andrés Bello. 996. Véase pp. 257-297.


Llisterri Boix 1991 , p. 10: "...la dualidad de estructuración (Hockett, 1958, 1960): existen en el lenguaje unas unidades básicas mínimas que se combinan para formar unidades mayores; éstas se combinan a su vez de forma productiva para la creación de los enunciados que nos servimos al expresarnos. Nos encontramos así un código extraordinariamente eficiente que permite la generación de un número infinito de mensajes a partir de una cantidad muy pequeña de unidades elementales: tales unidades son los sonidos que configuran los inventarios fonéticos de las lenguas..."