Implicaciones de las hipótesis de Krashen

Un programa exitoso de enseñanza de idiomas hará lo siguiente:

  1. Proveerá a los alumnos datos del idioma que sean, primero, comprensibles, y, segundo, interesantes y relevantes.
  2. No forzará a los alumnos a hablar antes de que estén listos, y tolerará errores en los primeros esfuerzos de producción. La teoría implica que mejoramos nuestra precisión gramatical al obtener más datos, no porque alguien nos corrija (aunque la corrección de errores ayuda a algunas personas que saben usar sus monitores siguiendo ciertas reglas fáciles de aprender).
  3. Pondrá la gramática en su lugar. Sólo algunos adultos, y muy pocos niños, son capaces de usar las reglas gramaticales para mejorar la precisión de su producción. Los niños tienen poca capacidad para aprender conscientemente un idioma, y aparentemente no tienen necesidad de ello, ya que pueden alcanzar niveles muy avanzados mediante la adquisición.

Puede ser que una buena conversación con un hablante nativo del idioma sea la mejor lección de todas, con tal que el hablante logre modificar su manera de hablar de modo que sea entendido. Según la teoría, los aprendices aprenden no de lo que dicen ellos mismos, sino de lo que dicen los hablantes nativos. La producción del aprendiz contribuye indirectamente a la adquisición de la lengua puesto que incentiva el ingreso de datos comprensibles. Es más, la lectura, por diversión o interés en el tema, puede ser una fuente de los ingresos necesarios para la adquisición.

Según la teoría, el ingreso de unos pocos datos comprensibles, durante una hora solamente, ayuda más a la adquisición que cualquier cantidad de datos incomprensibles.

La teoría, igual que la experiencia práctica, confirman que los ejercicios de repetición ayudan muy poco en la adquisición.


Krashen, Stephen D. 1987. Principles and practice in second language acquisition. Englewood Cliffs, N.J.: Prentice-Hall International.